Borogodó te arranca una sonrisa sin saber por qué.
Borogodó es un je ne sais quoi.
Borogodó es magnetismo.
Borogodó es ese algo.
El borogodó no se compra, se tiene.
Borogodó no es algo físico, es una sensación.
Borogodó es naturalidad, no se fabrica, no se ve, se siente.
Cuando llegas a Brasil y te mezclas con su gente sientes ese algo, flota en el ambiente, es contagioso y no sabes qué es.